¿Has oído hablar de la Isla
de San Borondón? Se trata de “la
otra” isla canaria, una isla legendaria que aparece y desaparece del horizonte.
Los canarios aman su isla fantasma, a la que también llaman “la perdida”, “la encubierta” o “la
inaccesible”, debido a su carácter esquivo.
Yo la vi una vez.
Estaba comiendo, solo, en un restaurante al borde del mar en
Puerto de las Nieves, una preciosa
localidad del norte de Gran Canaria.
Frente a mí, el océano azul y en la mesa, distintos manjares que el amabilísimo
dueño del restaurante me había recomendado probar. Justo sobre el horizonte
marino, recortándose con nitidez contra la bruma, podía ver perfectamente la
silueta de un triángulo, una especie de pirámide que consideré debía ser alguna
isla o islote visible desde mi posición. Era tan evidente que no le di ninguna
importancia y continué disfrutando de la comida, magnífica.
Hasta que, una de las veces que levanté los ojos del plato
para mirar el mar, la isla ya no estaba allí. Había desaparecido, sin más. Me
quedé estupefacto.
¿Acaso había visto la enigmática Isla de San Borondón? Se habla de esta isla fantasma desde hace
siglos. La creencia en su existencia estaba tan arraigada que se organizaron varias
expediciones para su conquista. San
Borondón, la “octava isla”, aparece incluso cartografiada en algunos mapas
antiguos.
Salía en los mapas. |
Pero yo sabía que era una leyenda. Aunque estaba regando la comida con un excelente vino canario, estaba bastante seguro de que éste no había afectado a mi visión, al menos todavía. Me encontraba en Canarias contratado por la FUNDACIÓN MAPFRE-GUANARTEME, impartiendo unos cursos de negociación, que estaban resultando una gran experiencia, intensa y gratificante. Pero aquel era mi día libre y pensaba disfrutarlo. Así que, un poco aturdido, decidí continuar con la deliciosa comida, asumiendo que mi vista me había engañado.
Pero no me olvidé de ello. Tiempo después, concluida
satisfactoriamente la misión que me había llevado a las Islas,
encontré en Internet esta foto:
Fuente: AQUÍ. |
¡Eso era muy parecido a lo que yo había visto aquel día, en Puerto de las Nieves! Aunque, en mi
caso, los contornos eran mucho más nítidos, algo más bien como esto, pero recortado
sobre el horizonte marino:
Fuente: AQUÍ. |
De modo que ya tenía una explicación. Se trataba de un
espejismo, creado por la sombra del majestuoso Teide que se proyecta a lo lejos bajo ciertas circunstancias (ahora
que lo pienso, al estar en Gran Canaria,
tal vez fuera el Nublo, un Roque
impresionante). Sentí una mezcla de sensaciones. Por un lado, me fascinan los
espejismos, las ilusiones visuales y los engaños de la mente. Por otro… en fin,
ser uno de los privilegiados testigos ante los que San Borondón se ha dejado ver no me parecía nada mal.
Al menos, tuve una experiencia, de primerísima mano, del
modo en que pueden crearse las leyendas. Y eso tampoco está nada mal.
R
PS: Si el territorio fronterizo entre el mito y la ciencia te
gusta tanto como a mí, no dejes de visitar esta página: La Isla Descubierta. Tómate tu tiempo y disfruta de la experiencia. De nada.